Fibromialgia: varios nombres, una realidad

una realidad

“Diferentes nombres y una única realidad: La fibromialgia.

Muchas han sido las diferentes denominaciones de la fibromialgia con el transcurso de los años: fibrositis, fibromiositis, miofascitis, fibromiopatía, mialgia, miofibrositis, etc. El dolor forma parte de la historia de la humanidad y, de hecho, el término reumatismo fue inventado por los antiguos griegos – con el significado de “sustancia” -, pues para ellos el dolor era una sustancia que caía de la cabeza a los músculos (1).

El 12 de mayo de 1820 nació la británica Florence Nightingale, pionera en la práctica de la enfermería, a quien se considera la madre de la enfermería moderna. Creó las escuelas de enfermería, difundió los principios de salud en las viviendas y aplicó la estadística al sistema médico, logrando con su esfuerzo un gran avance en el cuidado de los enfermos. Contrajo la fibromialgia a la edad de cuarenta años, y tuvo que permanecer el resto de su vida en cama. Por su labor y sacrificio se conmemora en su honor el día mundial de la Fibromialgia.

En el siglo XIX serán los médicos europeos quienes darán definición al llamado reumatismo muscular, y también será cuando aparecerán los primeros estudios sobre los puntos dolorosos a la presión. Si embargo es en el siglo siguiente donde se centran los mayores hallazgos debido al acrecentado interés en la investigación sobre este campo (2):

En el primer tercio del siglo XX se utilizó el término fibrositis en el que se señala el carácter inflamatorio (itis: inflamación) del trastorno. A pesar de ser un término muy impreciso, quedaban no obstante bien definidos los llamados puntos gatillos, aquellos cuya presión desencadena síntomas (dolor, adormecimientos, etc.).

En el segundo tercio del referido siglo se encuadró dentro de los trastornos psicógenos, ya que la mayoría de los afectados padecían enfermedades psicológicas (sobretodo, ansiedad y depresión). De hecho todavía algunos médicos la siguen considerando así.

En los años setenta es cuando se producen los mayores avances. El nombre actual del trastorno, fibromialgia, fue propuesto, en 1976, por P.K. Hench.  Fibromialgia viene de la raíz fibro (fibra), myo (músculo), algos (dolor) e ia (condición). Sin embargo, a pesar de ser la más popular, no se trata de una denominación adecuada puesto que no son sólo las fibras musculares lo que duele a los afectados, también sufren dolencias en tendones, ligamentos, tejido subcutáneo, etc.

En 1990 el Colegio Americano de Reumatología estableció los criterios diagnósticos de la fibromialgia. Este hecho supone un importante avance pues el unificar los síntomas, mejoraría los estudios y los tratamientos posteriores. Los criterios son tres: dolor crónico (de más de tres meses de duración) generalizado, dolor a la presión de al menos once de los dieciocho puntos dolorosos, y ausencia de alteraciones radiológicas y analíticas (3). McCarty y colaboradores (4), elaboraron en el año 2002 nuevos criterios que incluyen otros síntomas además del dolor, aunque no han sido del todo aceptados  y en 2003 se redactó el Consenso Canadiense con criterios parecidos. En la actualidad un comité de EULAR (European League Against Rheumatism) está trabajando para definir  nuevos criterios diagnósticos.

La fibromialgia fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1992, tipificándola con el código M79.0 dentro del manual de Clasificación Internacional de enfermedades (CIE-10). Aparece concretamente en el Capítulo XIII: Enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conectivo, en trastornos de los tejidos blandos. Reconociéndola posteriormente, en 1994, la Asociación Internacional para el estudio del dolor (IASP) y clasificándola con el código X33.X8a (5).

En ese mismo año Yunus incluye la fibromialgia dentro del síndrome disfuncional junto a otras patologías como el síndrome del intestino irritable, síndrome de fatiga crónica, síndrome de piernas inquietas, cefaleas tensionales, etc. Proponiendo como hipótesis la existencia de una disfunción neuro-endocrina-inmune (alteración de neurotransmisores y hormonas) (6).

Asimismo varios editoriales de la Revista Journal of Rheumatology, en el año 2003, ponían el acento, no ya en la subjetividad del diagnóstico de fibromialgia, sino en su existencia como entidad diferenciada. Su conclusión era rotunda: “El dolor es real; la fibromialgia no lo es”. Estas opiniones sólo tardaron un año en encontrar respuesta en otros editoriales que pusieron de manifiesto la falta de rigor científico de las anteriores y el malestar creado entre los especialistas al haber sido publicadas en una revista de Reumatología (7).

Por otro lado en el mismo año (2003), el Ministerio de Sanidad y Consumo, en su protocolo sobre Fibromialgia señala: “(…) la Fibromialgia (FM) es un síndrome crónico, de etiología desconocida, de evolución compleja y variable, que provoca dolor generalizado que, en algunos casos, puede llegar a ser invalidante”. En el mismo protocolo del Ministerio de Sanidad y Consumo en la página 11 se define invalidez como: “Conjunto de situaciones en que existe una incapacidad permanente en sus diversos grados, de acuerdo con la normativa de la Seguridad Social“ (8).

En la actualidad la fibromialgia es más conocida entre la población, si bien son pocos los que conocen sus características. Existe igualmente cierto descrédito entre la clase médica; aunque con la fibromialgia ocurre un hecho bastante paradójico, muchos médicos la niegan pero cada vez son más los que la diagnostican.

Por otro lado según su expresión, encontraríamos Fibromialgia (9):

  • Con predominio de dolor y cansancio.
  • Con predominio de múltiples puntos de dolor.
  • Con predominio de sensación de tumefacción y agarrotamiento.
  • Con predominio de clínica asociada.
  • Con predominio de la depresión, la ansiedad y el estrés.

 BIBLIOGRAFÍA

(1) Martínez, M. (2006) Fibromialgia, cuando el dolor se convierte en enfermedad. Guías prácticas de Saber Vivir. Madrid

(2) Guitart, J. (2000). La fibromialgia y aspectos relacionados. Madrid: Fundación Mapfre Medicina.

(3) Soucase, B., Monsalve, M., Soriano, J.F. y de Andrés, J.(2004) Estrategia de afrontamiento ante el dolor y calidad de vida en pacientes diagnosticados de fibromialgia. Rev. Soc. Esp. Dolor, 11: 353-359.

(4) McCarty, D.J., Koopman, W.J., y cols. (2002) Arthritis and Allied Conditions. Philadelphia, 12:55-60.

(5) Ortega, A. (2007) La fibromialgia secundaria a un esguince cervical: bosquejo de un estudio propectivo. Cuad. med. forense [online], 47:4-7.

(6) Villanueva, V.L., Valía, J.C., Cerdá, G., Monsalve,V., Bayona, M.J., y de Andrés, J. (2004) Fibromialgia: diagnóstico y tratamiento. El estado de la cuestión. Rev. Soc. Esp. Dolor, 11: 430-443.

(7) Yuste, F.J. (2007) La fibromialgia una enfermedad real bajo sospecha injustificada. Asociación de Fibromialgia de Gran Canaria (AFIGRANCA)

(8) Grupo de trabajo de fibromialgia. Fibromialgia. Centro de publicaciones del Ministerio de Sanidad y Consumo, Madrid, 2003.

(9) Ruiz, M., Nadador,V., Fernández-Alcantud,J., Hernández-Salván, J., Riquelme, I. y Benito, G. (2007) Dolor de origen muscular: dolor miofascial y fibromialgia. Rev. Soc. Esp. Dolor, 1: 36-44.

AutoraAlejandra Martín Fernández. Licenciada en Psicología. Coleg. CV-12531- Psicóloga de Avafi

 

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