2º PREMIO V CERTAMEN RELATOS AVAFI. Mayo 2012

En el V Certamen de Relato Breve, convocado por AVAFI con motivo del Día Mundial de la Fibromialgia, 12 mayo 2012.El 2º premio correspondió el relato que sigue a continuación:

«NOS VEMOS AL OTRO LADO DEL ARCO IRIS«

AUTORA: Manuela González Sacasa.

Había una vez… y nunca mejor dicho, una persona muy querida por mí que ya no está, se la ha llevado una enfermedad, me atrevo a decir que mucho peor que la nuestra, la muy temida enfermedad, la palabra maldita: Cáncer.

Quiero dedicar mi relato a esta persona porque se lo merece, porque siempre estuvo ahí, porque me ha dedicado cada año, cada instante de su vida.

Quizá la primera de las guerras con las que tuvo que lidiar a lo largo de su vida, en su más tierna infancia, se saldó con una sordomudez que le acompañó a lo largo de toda su vida. Pero como dicen que no hay mal que por bien no venga, con 20 años contrajo matrimonio con una preciosa mujer, también sordomuda, y juntos tuvieron 11 hijos. Esta gran familia requirió toda su atención y esfuerzo, tuvo que trabajar como un cosaco para sacarlos a todos adelante, ¡y vaya si lo consiguió!

Poco a poco, con el transcurso de la vida, la familia fue creciendo cada vez más, pronto llegaron los nietos, y él continuó al frente de la familia, ocupándose de cuidar, si cabe con más amor todavía a los más pequeños.

Una vez jubilado hizo realidad uno de sus sueños más esperados, las bodas de oro acompañado y arropado por su gran familia.

En momentos como este es, supongo, cuando las personas no creyentes empezamos a replantearnos las ideas, y si bien es cierto que no es que suframos una reconversión, si queremos pensar que alguien tan bueno encontrará por fin el descanso que tanto se ha merecido. Si existe un ser superior quisiera agradecerle, en primer lugar, haber tenido la gran suerte de tenerlo a mi lado y además, que se lo haya llevado sin apenas sufrimiento.

En todos estos años que he tenido la gran suerte de tenerlo, he disfrutado de él todo lo que he podido, hemos estado juntos en las buenas y en las malas ocasiones. Como es comprensible, debido a su minusvalía, la comunicación era especialmente difícil, pues por falta de medios él nunca tuvo oportunidad de aprender el lenguaje de signos. Juntos, fuimos elaborando un lenguaje interno, mediante señas y signos, y jamás creo que alguien con el lenguaje más limitado fuera capaz de interpretar mejor a su interlocutor, no conozco a nadie más listo, que haya sido capaz defenderse solo por el mundo tal como haría alguien sin

ninguna merma sensorial, no conoceré a nadie más trabajador, luchador, tozudo y a la vez sentimental y cariñoso, cuidó a su mujer como si de un regalo del cielo se tratara, la arropaba y protegía de cualquier adversidad y después de 50 años juntos la seguía queriendo como el primer día. Si ella se hubiera tenido que ir primero, él se hubiese marchado detrás, ella era su todo, su vida entera.

Como ya he comentado, a lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de disfrutar con él todos los días, literalmente TODOS. Hemos compartido risas, enfermedades, bromas, enfados, tristezas y melancolías, hemos llevado una vida tranquila, cariñosa y feliz, pero la realidad me ha hecho ver que nada es para siempre, que llega un momento en que los caminos se separan, para siempre. Qué fea la reflexión…voy a mentalizarme de que en algún sitio me está esperando, que algún día nos encontraremos de nuevo, que volveremos a ser felices.

Escribiendo estas líneas empiezo a ser consciente de lo mucho que voy a echarle de menos, de cuánta falta me hace…pero la vida continúa y seguro que hay una ventana abierta con un sol radiante, esperando a que me asome y me caliente, eso quiere decir que sigo aquí, que tengo que seguir luchando por los que todavía me quedan, por mí misma. Debo aportar mi granito de arena a todas las personas que quieran disfrutar de mi compañía y que necesiten mis oídos para escucharlas o mi hombro para llorar. Yo daré todo lo que pueda por esas personas, tanto como lo han hecho esas personas por mí cuando lo he necesitado, a todas ellas desde aquí…¡GRACIAS!

Gracias papá por haber sido tú, te quiero, este vacío que has dejado en mi corazón intentaré llenarlo, cuidando más a la persona que tú más has querido en esta vida, a mamá.

Fin

Autora: Manuela González Sacasa. (socia)